Memoria semántica (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997; WAIS III The Psychological Corporation, 2002).
Para la evaluación de la memoria semántica se pueden utilizar pruebas de conocimiento general y vocabulario, por ejemplo el subtests de información, vocabulario y semejanzas de la escala Weschler de Inteligencia para Adultos, pruebas de fluidez verbal en donde se deben generar ejemplos de categorías semánticas como animales, frutas, etc., denominación de objetos y/o dibujos, parear dibujos con nombres (señalar dibujos que se nombran), pruebas de conocimiento verbal, por ejemplo ¿de qué color es el pasto?, nombrar fotografías de gente famosa, aportar información en respuesta a los nombres, parear caras con sus nombres.
Memoria prospectiva
La Memoria Prospectiva se refiere a la habilidad para recordar llevar a cabo aquello que nos proponemos. Como por ejemplo recordar tomar nuestro medicamento, o regresar una llamada telefónica. Se correlaciona con nuestro funcionamiento cotidiano. No es un tipo de memoria sino un conjunto de procesos en donde se requiere un metaconocimiento o conocimiento de nuestra intención, planear, y monitorear. Estas funciones dependen de la integridad de los lóbulos frontales.
Lenguaje
Lenguaje espontáneo. Se evalúa la producción del lenguaje para analizar sus características y clasificarlo como fluente o no fluente. Utilizando preguntas abiertas del tipo: ¿Cómo le va?, ¿Cómo llegó hasta el consultorio?, ¿Qué ha hecho esta mañana? ¿Qué es lo que le ocurrió?, ¿En qué trabaja usted?
Comprensión. Se evalúa la comprensión de distintos tipos de órdenes graduadas por niveles de dificultad:
Órdenes simples: Cierre los ojos, abra la boca, toque sus orejas.
Señale:
La puerta/ la mesa/ la silla/ el cuadro/ la pluma, la nariz/ las orejas/ la boca/ las cejas/ la lengua, el color rojo/ verde/ blanco/ azul/ negro.
Órdenes semicomplejas: Mire detrás de usted, señale arriba y después el suelo, deme su reloj
Órdenes complejas:
Con el dedo pequeño de la mano izquierda, tóquese la oreja derecha; el papel grande me lo da a mí, el mediano lo tira al suelo y el pequeño póngaselo en el bolsillo.
3. Denominación. Se señalan diferentes objetos para que el paciente los nombre. No debe describir la funcionalidad del objeto ni explicar sus características, simplemente debe nombrarlo, por ejemplo: diga el nombre de (señalándolo) el zapato/ la mesa/ la silla/ la nariz/ la pluma.
4. Repetición. El paciente debe de repetir después del evaluador, las siguientes sílabas, palabras y enunciados:
Sílabas
PA/ TA/ KA/ MA/ NA/ FA/ RA/ ÑA/ PRA/ TRA.
Palabras
Casa/ coche/ camello/ bicicleta/ hipopótamo.
Enunciados
Hace calor
María come galletas.
El río lleva mucha agua porque hoy llovió.
Esta estrategia de evaluación es suficiente para hacer un diagnóstico del síndrome afásico con su correlación clínico-topográfica. Por ejemplo, al evaluar el lenguaje espontáneo, por la longitud de la frase se determina si es fluente (posterior) o no fluente (anterior.) Se debe observar si hay agilidad articulatoria (lesión en la región anterior: articulación pobre), la prosodia, la gramática, si existen parafasias y la pragmática del lenguaje (si respeta turnos, hace contacto visual, etc.). Los parámetros de comprensión, denominación y repetición, igualmente deberán ser desglosados para su análisis posterior.
Si se quiere evaluar el lenguaje de forma cuantitativa, se pueden utilizar las siguientes baterías y pruebas.
Ardila & Ostrosky. Diagnóstico Neuropsicológico 289
Ardila & Ostrosky. Diagnóstico Neuropsicológico 289
Ardila & Ostrosky. Diagnóstico Neuropsicológico 289
Ardila & Ostrosky. Diagnóstico Neuropsicológico 289
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